Más de 75 voluntarios, coordinados por la Fundación para la Conservación del Buitre Negro (BVCF, siglas en inglés) han participado en las tareas de observación.

El procedimiento de recuento consiste en la identificación individual de los buitres que presentan marcas naturales en el plumaje y el cálculo de la población total, asumiendo que el número de observaciones de cada individuo es similar al número medio de observaciones efectuadas de los individuos con marcas, sobre el total de observaciones en condiciones favorables.

La población actual se sitúa entre los 108 y los 136 buitres, una cantidad que no se había registrado nunca desde que en los años 70 del pasado siglo se iniciaron los estudios y recuentos de esta población.

La Consejería de Medio Ambiente considera que la población mallorquina está fuera de peligro, pero, con el fin de mantenerse en este nivel, necesita que se continúen aplicando las medidas de conservación: aportaciones de alimento, tranquilidad de las localidades de nidificación y, sobre todo, erradicación definitiva del uso de venenos.