Tras las últimas órdenes de evacuación emitidas por las fuerzas israelíes, la población procedente de Deir Al Balah y de la ciudad de Jan Younis se vio obligada a refugiarse en zonas cada vez más pequeñas a lo largo de la abarrotada costa, uniéndose a las personas desplazadas que ya estaban allí, y teniendo que afrontar unas condiciones de vida cada vez peores.

"Este continuo desplazamiento forzoso al que se ven sometidas las personas es inhumano", afirmó el coordinador de proyectos de MSF, Jacob Granger. "A la gente no le quedan pertenencias, no tiene adónde ir. No hay sitio para montar tiendas. El hacinamiento, la enorme falta de agua y la escasez de servicios de saneamiento alimentan la propagación de enfermedades. Somos incapaces de hacer frente a la enorme cantidad de necesidades", añadió.

En este enclave situado junto a la costa, en el sur de Gaza, las personas viven hacinadas con varios miembros de sus respectivas familias en tiendas polvorientas, sin acceso adecuado a alimentos, agua y servicios esenciales como saneamiento y atención sanitaria. Además, se ven “obligados” a hacer cola durante horas para conseguir agua o para hacer uso de las letrinas, y no pueden asearse con “regularidad”.

"Las condiciones de vida son extremadamente difíciles. Cada día atendemos entre 300 y 400 casos en la clínica, de los cuales 200 están relacionados con afecciones cutáneas", explicó Youssef Salaf Al-Farrael, pediatra de la Asociación para el Desarrollo Agrícola Palestino (PARC, por sus siglas en inglés). "Los niños son los más afectados, sobre todo por enfermedades de la piel, que son muy contagiosas", continuó.

"Estamos viendo un aumento de las afecciones cutáneas, como la sarna, muy vinculadas a la falta de agua y de productos de higiene como el jabón", afirmó Julie Faucon, coordinadora médica de MSF. "Los constantes bombardeos obligan a la gente a buscar refugio en un espacio cada vez más reducido, por lo que las condiciones empeoran y las enfermedades seguirán propagándose, afectando sobre todo a los más vulnerables, como los niños", prosiguió.

"Por la noche, muchas veces no podemos ir al baño. Otras veces le pedimos a mi hermano y a mi padre que nos acompañen porque hay que esperar mucho tiempo en mitad de la oscuridad", explicó Shahd Abu Samra, desplazada desde el norte de Gaza a Al Mawasi. "La vida aquí es muy difícil. Hay una enorme escasez de todos los servicios básicos, como agua, alimentos, medicinas y lugares apropiados para vivir", aseguró.

En Al Mawasi, PARC, con el apoyo de MSF, está proporcionando letrinas de emergencia, sistemas solares de bombeo de agua, una planta de tratamiento de agua y tiendas de campaña. Por el momento, se han construido más de 300 letrinas y se han instalado tres sistemas solares de bombeo de agua y se ha prestado atención primaria de salud a los desplazados.

Desde el 1 de julio, las fuerzas israelíes emitieron al menos 16 órdenes de evacuación en Gaza, las cuales afectaron a 213.000 palestinos solo en la primera quincena de agosto. Además, la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) calculó que el 86% de Gaza sufrió órdenes de evacuación desde que comenzó la guerra.

"A los niños les pica la cara y el cuerpo. Todos los niños están contagiados con afecciones cutáneas; no hay un solo niño que no esté afectado. Además, todos están hacinados, y eso empeora aún más las cosas", explicó la madre desplazada Rasha Misbeh, de 24 años.

MSF lleva tres meses intentando importar 4.000 kits de higiene para mejorar las condiciones de vida de la población de Al Mawasi, pero las autoridades israelíes bloquearon la importación de este tipo de productos. Los kits contienen artículos básicos como jabón, cepillos de dientes, champú y detergente en polvo. Todos ellos, debido a su escasez, alcanzaron precios totalmente desorbitados en el mercado, llegándose a pagarse hasta 40 dólares por un simple bote de champú.

MSF pide un alto el fuego inmediato, así como un acceso seguro y sin obstáculos para que el personal y los suministros puedan entrar en Gaza y llegar a las zonas más necesitadas de ayuda.