El director de MSF, Josep Vargas, explicó en una rueda de prensa celebrada en Barcelona, que es difícil que la tasa de mortalidad disminuya en aquella zona, debido a la insuficiente ayuda que llega. Según dijo, actualmente mueren unas 1.000 personas cada día.

Vargas, que regresó ayer del campo de refugiados de Goma (Zaire), hizo un llamamiento a las Naciones Unidas y a los gobiernos de Occdente para que ayuden a los ruandeses a regresar a su país como "única solución" para evitar que aumente la catástrofe humanitaria.

El director de la organización cifró en unas 25.000 las muertes ocurridas durante la huida hacia la frontera de Zaire, y añadió que la mayoría de las víctimas pertenecía a la etnia hutu.

Tanto Vargas como el presidente de Médicos Sin Fronteras, Pedro Barrios, coincidieron en selañar que la ayuda recibida del Gobierno española es "tardía y excesivamente limitada", a psar de que valoraron la aportación de algunos ayuntamientos del país, como el de Barcelona.

Para Vargas, el número ideal de observadores civiles que debería destinar la comunidad internacional debería ser de 600, ya que, dijo, con los 6 actuales es imposible garantizar el respeto a los derechos humanos y asegurar la reubicación de los refugiados sin que estalle una guerra civil.

Médicos Sin Fronteras ha recibido durante la última semana 320 millones de pesetas de ayudas ciudadanas. Cuenta con 360profesionales que prestan ayuda sanitaria y organiza envíos diarios de un avión con 40 toneladas de alimentos y material sanitario.