Según la organización, presente en el terreno, la respuesta de los organismos internacionales es "insuficiente" para controlar el virus.

Pese a la gravedad de la enfermedad, si se intensifican los esfuerzos de lucha contra la epidemia "ésta podría controlarse en pocas semanas", asegura MSF.

"En primer lugar, son las autoridades angoleñas las que deben entender la magnitud de la epidemia. Sin fuertes medidas para el manejo de casos y para la protección de la población, la fiebre de marburg continuará propagándose en Angola", lamenta la ONG de médicos.

Según el balance oficial, a 13 de abril, habrían muerto por esta causa 215 personas de los 235 casos registrados. Se trata de una enfermedad contagiosa y mortal, con dificultad para abordar su curación, si bien la prevención sí es posible.

La fiebre de marburg, fiebre hemorrágica de la misma familia que el virus del ébola, se transmite por contacto directo con los fluidos corporales de los enfermos. Una vez contraída la enfermedad no existe un tratamiento específico, pero se pueden ofrecer cuidados paliativos.

Desde que se registraron los focos de la enfermedad, MSF ha instalado dos unidades de aislamiento y tratamiento, una en el hospital de la localidad de Uige y la otra en el hospital Amerigo Boavida en Luanda, la capital del país. Asimismo, los técnicos de la ONG están instalando unidades de aislamiento en Negage y Songo.