Se calcula, señalaron algunos expertos, que la demanda de asistencia domiciliaria a enfermos terminales se incrementará en los próximos años debido al progresivo envejecimient de la población y a la incorporación a la atención primaria de nuevas patología como el sida.

Según dijo el doctor Victor Landa, del centro de salud de Basauri (Vizcaya), "cuando la atención al enfermo de SIDA salga del ámbito hospitalario, se generará una demanda importante de tratamiento domiciliario".

Los especialistas defendieron que sea el médico de familia quien asuma la asistencia del enfermo hasta su muerte una vez que ha sido agotada la fase curativa, pero pidieron una comunicación más luida entre el hospital y el centro de salud, que permita un seguimiento y control de enfermo con el fin de que este no se sienta abandonado.

El doctor Landa criticó también las "excesivas cortapisas burocráticas" que hay para acceder a tratamientos paliativos del dolor, como la morfina, y plantearon la necesidad de "facilitar el acceso a la receta de estupefacientes y evitar incomodidades a las familias".