Los hechos ocurrieron el pasado día 8 en el hospital del Niño Jesús, de Madrid, en una intervención practicada por el doctor Medina, jefe del Servicio de Otorrinonaringología de diho centro sanitario.

Cuando acabó la operación, los facultativos no reconocieron a la niña y se limitaron a recetarla unos medicamentos y a autorizar su salida del hospital, según las citadas fuentes.

En los días posteriores, la pequeña, Ana, comenzó a tener fiebre y a vomitar tanto la comida como los medicamentos que le habían mandando. Además, la madre, María Dolores Albadalejo, notó que su hija desprendía un olor desagradable.

"Lo primero que note", dijo, "es que tenía fiebre, más de 38 gados, y que la niña olía mal. En principio pensé que sería normal, pero al pasar tantos días ya empecé a preocuparme. Sin embargo, el médico me dijo que eso, y muchas otras cosas, son normales".

Posteriormente, el doctor Medina llegó a decirla que lo único que le pasaba a la pequeña es que su madre no sabía darle de comer ni de beber, y que estaba muy mimada.

Como Ana no mejoraba, y ya había transcurrido una semana desde la operación, la madre decidió llevarla al servicio de urgencias del hospita, donde permaneció internada otros cinco días, hasta que los médicos se dieron cuenta de que tenía un trozo de venda en la garganta, que le había provocado una infección.