"Nosotros", explicó Capilla, "siempre hemos defendido que los medicamentos si son útiles, por un principio de solidaridad, deben estar al alcance de todos los españoles. Si no son útiles, entonces que se retiren".

Capilla manifestó que el real decreto recoge algunas de las recomendaciones que formularon los colegios farmacéuticos. "Se han introducido", dijo, "algunas mejoras, entre ellas la posibilidad de que cuando salga al mercado un medicamento nuevo no se excluya de la lista de fármacos no financidos por pertenecer a un grupo terapéutico proscrito, sino porque sea o no útil".

Sin embargo, el presidente del Consejo General de Colegios Farmacéuticos insistió en que este sector no es partidario de la aprobación de listas, "ni positivas ni negativas".

Asimismo, señaló que dejar fuera de la financiación pública determinados medicamentos provoca un efecto deslizamiento hacia otros fármacos, lo que atenua y disminuye el ahorro previsto con este tipo de medidas.