Por ello, los estudiantes que se doctoraron, licenciaron o diplomaron en la Universidd española durante estos cursos tuvieron que esperar más de dos años para obtener sus respectivos títulos.

Los dos años que empleó la administración educativa para poner en marcha el sistema informático explican que durante 1988 no se registrara ningún título en el MEC, que en 1989 sólo fueran 3.275 y que hasta 1990 las cifras no se aproximaran al número de estudiantes que suelen licenciarse en España anualmente, ya que alcanzó los 75.007, según datos facilitados a esta agencia por la Subdirectora Genral de Títulos, Convalidaciones y Homologaciones del MEC, Margarita Melis.

En aplicación del artículo 28 de la Ley de Reforma Universitaria (LRU), el MEC aprobó en 1987 un decreto por el que los títulos universitarios en vez de ser expedidos por el MEC, en nombre del Rey, pasaban a serlo por el rector de la universidad correspondiente.

Esta nueva norma, que entró en vigor en enero de 1988, no pudo ponerse en práctica hasta 1990 debido, según los departamentos de negociado de títulos de las univeridades Complutense (UCM) y Autónoma de Madrid (UAM) consultados por esta agencia, a que el traspaso de estas competencias a las universidades exigía que el MEC dispusiera de un base de datos que recogiera el número de registro de todos los títulos que fueran solicitados por las universidades a partir de la fecha del citado decreto.

De igual forma, las universidades debían informatizar los expedientes académicos de sus estudiantes, labor que unas realizaron con mayor rapidez que otras. Cuando un licencado solicita su título en su universidad, sus datos son enviados al MEC con el fin de que le sea asignado el número de registro correspondiente.

Este retraso no sólo propició que durante dos años dejaran de expedirse títulos, sino que se produjo un atasco una vez dispuesta la nueva base de datos, ya que debían resolverse los expedients que habían quedado paralizados y los de las nuevas promociones de licenciados que anualmente iban saliendo, según explicaron las citadas fuentes universitarias.

A llo se debió el caso de un estudiante de Ciencias Económicas de la UCM, que solicitó en septiembre de 1989 el título en su facultad. Hasta el 30 de enero de 1991, su expediente no fue enviado al registro de entrada de títulos de esta universidad, donde se graban sus datos académicos, ya que el MEC no los habría podido procesar antes, subrayaron fuentes de la complutense.

Una vez remitidos al MEC, donde le asignaron el número de registro, la universidad imprimió el título, que le fue entregado el pasad 6 de marzo.

En la actualidad, según manifestaron las citadas fuentes de la administración educativa, el sistema está normalizado, lo que permite al MEC remitir en un plazo de 25 días los números de registro solicitados por las universidades, que en 1991 ascendieron a 115.800.

Sin embargo, las universidades tampoco demuestran haber agilizado este servicio, ya que emplean más de año y medio en expedir los títulos desde que los licenciados los solicitan, previo pago de unas 9.000 pesetas, aproximadmente.