Esta es la conclusión fundamental de un estudio realizado por CECU durante el mes de junio en siete zonas de la capital, en el que ha analizado tres establecimientos por área y en los tres diferentes formatos que conviven en el comercio madrileño: gran superficie, supermercado y tienda pequeña o de proximidad.

De todos los datos obtenidos, CECU considera "especialmente preocupante" la falta de higiene observada en algunos arcones o la existencia de productos en mal estado. En el momento en que se realizó el estudio, asegura la organización, ningún establecimiento cumplía totalmente las exigencias mínimas en materia de congelación.

Muchos establecimientos conservaban los productos a temperaturas superiores a los -18 grados centígrados, y en la mayoría de los casos se sobrepasaba la línea de capacidad de congelación, por lo que no se puede garantizar su buen estado.

Además, en algunas de las tiendas observadas las condiciones higiénicas no eran las adecuadas, con restos de alimentos y suciedad en las paredes de los arcones.

CECU advierte de que no se ha encontrado una relación entre la mejor conservación de los alimentos congelados y el tamaño del establecimiento. Pese a que los autores del informe esperaban encontrar mejores condiciones de conservación en las grandes superficies, no fue así. De hecho, en estos centros las cámaras estaban más cargadas y era más frecuente que los productos rebasaran la línea de carga.