El artículo 31.4.b de la mencionada ley permite a los ciudadanos mayores de 65 años vender su casa sin tener que pagar impuestos por las plusvalías obtenidas, siempre que hayan vivido en la misma al menos durante tres años de forma continuada, según la Asociación de Usuarios de Servicios Bancarios (AUSBANC).

Hasta ahora, esta exención fiscal sólo era aplicable si el producto de la venta se reinvertía en la compra de una nueva vivienda habitual, a la que podían acogere todos los contribuyentes, o en las operaciones de renta-pensión vitalicia.

En este último caso, el propietario de la vivienda cede la titularidad del inmueble a una entidad financiera o aseguradora. A cambio, además del derecho de uso y disfrute de la casa, aunque ya no sea el propietario, recibe de la entidad un ingreso periódico hasta su fallecimiento.

A partir de ahora, la exención de tributación por la venta de la vivienda habitual a los mayores de 65 años no tiene límites. Incluso, una perona de la tercera edad puede vender su casa, comprar otra y, a los tres años y un día, volverla a vender sin pagar impuestos por ello.

COEFICIENTES REDUCTORES

Si la vivienda se adquirió hace más de 15 años, el comprador ya tiene exenta de tributación la plusvalía en caso de venta, gracias a los coeficientes reductores del 11,11 por ciento por cada año a contar desde el tercero.

Con la nueva posibilidad, los mayores pueden vender su casa, que puede haberse quedado grande después de haberse casad los hijos, y comprar una más pequeña y ajustada a sus necesidades sin tener que tributar por ello. O plantearse vivir de alquiler con el dinero obtenido con la venta.

Si las circunstancias lo exigen, por ejemplo por encontrarse impedido y no tener a nadie que cuide de él, un anciano puede emplear el importe de la venta de su vivienda en pagarse una residencia de personas asistidas. Tambien puede realizar una herencia anticipada.

Los expertos esperan que esta reforma fiscal ponga más viviendas desegunda mano en el mercado, sobre todo aquellas propiedades que eran mantenidas por razones fiscales.