En declaraciones a la Ser, Mayor Oreja rebate a quienes le acusan de ser un político con un sólo tema, el País Vasco, con el argumento de que él ha tenido la suerte de conocer a todos los "grandes" de UCD y el PP "y en todos ellos he visto a personas que evidentemene tienen sus especializaciones, sus conocimientos y sus limitaciones".

"Yo me considero uno más en ese sentido (...) En ese terreno no nos equivoquemos: en política, los más petulantes, los más estupidos, los que hablan más y los que creen que conoce todo lo que es el funcionamiento de una sociedad son precisamente aquellos que nunca aciertan en nada a la hora de afrontar los grandes problemas de España", añadió.

El ex ministro del Interior entre 1996 y marzo de 2001 explicó que la escalada de deitos en España empezó a producirse "a partir de 2001", aunque exculpó de ello a su sucesor, Mariano Rajoy.

"A partir de 2001", dijo Mayor Oreja, "se va produciendo un fenómeno creciente en esta materia. Es evidente que hay evidentemente una capacidad de atraer no solamente a los inmigrantes sino también a los delincuentes. Separando ambos fenómenos, está claro que España es una nación en la que también la delincuencia organizada o las mafias encuentran un lugar de cierta acogida".

Esa venida de dlincuentes a España no tiene fecha, aclaró, pero "se hace real" en términos de irrupción de delitos a partir de 2001. Y el Gobierno "no tardó mucho tiempo en decir: esta es una prioridad esencial de nuestra política".

Preguntado más en concreto si el problema empezó cuando él era ministro o comenzó después, Mayor Oreja afirmó que en el 2000, último año de su mandato en Interior, "se había producido una reducción de la delincuencia en la suma de delitos y faltas".

Para no dar sensación de que echaa la culpa a su sucesor, Rajoy, Oreja señaló que el aumento "no tiene nada que ver la gestión de un ministro". "Lo que hay en un momento determinado es un boom, un fenómeno tremendo, que afecta a los fenómenos de la inmigración asociados a la delincuencia organizada".

Hasta el mes de marzo, insistió, él fue ministro de Interior y, sin embargo, ya entonces las cifras arrojaban aumento. "Asumo la gestión de todos los ministros", replicó cuando se le dijo si estaba adjudicándole la responsabilidada Rajoy "Los problemas no tienen nombres de ministros, son mucho más profundos".

"Probablemente, con seguridad, los problemas van incubándose a lo largo de 2000. Ese fenómeno, esa atracción, esa sensación de que España va lo suficientemente bien, como para que la inmigración empiece a centrar su presencia en España, y también, separadamente, los delincuentes", concluyó al respecto.