En declaraciones a Servimedia, la ex ministra de Asuntos Sociales añadió que "la experiencia conirma que los procedimientos de sacar fármacos de las listas de la Seguridad Social no implican un ahorro, porque las empresas farmacéuticas buscan recuperar la pérdida de recursos subiendo el precio de otros fármacos que sí permanecen en la lista".

A su juicio, la solución está en que la Administración se niegue a registrar "fármacos que no sirven para nada", condición no se da en el caso de los medicamentos ahora excluidos de la Seguridad Social.

"La lista de medicamentos que el Gobierno excluir de la Seguridad Social resultan necesarios, y de forma especial para las personas mayores. Por eso me parece negativo reducir el abanico de posibilidades de fármacos a las personas que los necesitan", señaló.