Cinco años después de la caída de los talibanes, la población de Kabul se ha duplicado, indica la ONG. Esto ha obligado al 60% de la población de la capital a desplazarse a barrios periféricos, en los que no hay electricidad, ni agua corriente, ni sistema de saneamiento. Para el 90% de los habitantes de estos barrios periféricos la dieta diaria consiste en pan y té.

A esta situación se suma la sequía generalizada que asola el país, por séptimo año consecutivo. La sequía afecta principalmente al centro del país, a las regiones de Ghor y Hazaradjat, zonas que, además, están aisladas, ya que "todavía hoy se tarda cuatro días en recorrer los 450 kilómetros que separan Kabul de Nili, la capital de la región", indica el informe.

Acción contra el Hambre trabaja en Afganistán a través de proyectos de saneamiento y abastecimiento de agua, asistencia hospitalaria para la malnutrición y distribución de comida y semillas.