Más de mil empleados con discapacidades físicas y psíquicas de unas 18 fábricas británicas perderán sus actuales puestos de trabajo ante la decisión del Gobierno de recortar los subsidios destinados al Plan Remploy, que nació como medio para rocurar un empleo a los ex combatientes de la II Guerra Mundial heridos en los enfrentamientos.

En la actualidad, unos 10.000 discapacitados británicos se acogen al Plan Remploy y para el año 2002 se esperaba que la cifra aumentase hasta los 11.000. Previsiblemente, el Gobierno de Tony Blair no podrá cumplir este objetivo debido a los recortes actuales en Gran Bretaña, que tendrán una repercusión negativa en los planes Remploy de alrededor de 94 millones de libras esterlinas el año que viene, es decir 23.500 millones de pesetas.

Portavoces del Gobierno han asegurado que los discapacitados que pierdan su trabajo podrán optar a ocupar nuevos puestos alternativos en otras fábricas. Fuentes del Departamento de Educación y Empleo británico han manifestado que "nadie va a quedarse en paro contra su voluntad".