La organización Greenpeace, promotora de la iniciativa, intenta que el protocolo se apruebe en la vigésima reunión de las partes contratantes del convenio, que se celebrará el próximo mes de junio en Barcelona, ciudad en la que se firmó hace veinte años el convenio.

La petición también ha sido enviada al ministro de Obras Públicas, Transportes y Medio Ambiente, José Borrel, para solicitar el apoyo del Gobierno español a la propuesta.

En 1980, los países miembros del Convenio de Barcelona adoptaron un Protocolo sobre Contaminación de Origen Terrestre, para intentar frenar la grave degradación del Mediterráneo mediante el establecimiento de límites para los vertidos de sustancias tóxicas.

Sin embargo, este protocolo no ha logrado frenar el proceso de degradación que sufre el mar que pretendía proteger. Según Greenpeace, el fracaso es debido a que las partes contratates partieron de la "convicción falsa" de que el medio marino es capaz de asimilar una gran de variedad de compuestos químicos.

La contaminación que sufre el Mediterráneo está provocando efectos negativos en las pesquerías de algunas zonas y los ecologistas, apoyados por algunos científicos, creen que el aumento de la mortandad de delfines en este mar está motivada en parte por la contaminación.

La VIII reunión del Convenio de Barcelona, celebrada en octubre de 1993, acordó solicitar a las partescontratantes la reducción y eliminación progresiva para el año 2005 de los vertidos de sustancias tóxicas, persistentes y biacumulativas. Este acuerdo debería ser ahora definitivamente incorporado al convenio, junto a una modificación del protocolo adoptado en 1980.