Así lo pone de manifiesto el Informe Ariel 2008, presentado hoy en Madrid, que analiza los hábitos, las prácticas y las curiosidades de españoles y europeos en relación a las prendas de vestir.

El trabajo descubre las costumbres de los españoles a la hora de hacer el cambio de armario cada temporada y analiza cómo la organización del mismo influye en su estado de ánimo. "Los hábitos y costumbres tienen que ver con el equilibrio y la estabilidad de la persona", señaló al respecto la psicóloga Begoña Gibert, que colaboró en la investigación.

"Renovar el armario ayuda en cierta manera a adaptarte mejor a lo que viene", añadió, al tiempo que resaltó que "readaptarse a una nueva estación cuesta, y si tienes el armario organizado y la ropa está más de acuerdo con la temporada, ayuda a que recibas la estación con más alegría".

El informe analiza los diferentes hábitos y prácticas de los europeos en tareas como hacer la colada, lectura de las etiquetas de las prendas o la vestimenta. Así, casi la mitad de los españoles afirma no lavar ninguna una prenda nueva, mientras que sí lo hace el 40% de los franceses o nunca lo hace el 74% de los ingleses.

Asimismo, italianos e ingleses son los que más lavadoras ponen a la semana (5,37 y 6,09, respectivamente), mientras que en España la media es de 4,36.

JUZGAR POR EL VESTUARIO

Por otro lado, el 87% de los españoles asegura sentirse influenciado por la imagen de la indumentaria a primera vista, sobre todo madrileños y catalanes, quienes opinan que la limpieza y el cuidado del vestuario es un factor muy influyente a la hora de juzgar a las personas.

Según Gibert, "ante lo sucio, lo contaminado y lo impuro hay un rechazo". "Todos cuidamos nuestra imagen porque en el primer impacto lo más importante es la limpieza y que haya cierta armonía", aseveró.

Por último, el informe revela que el "síndrome del desorden estacional de la ropa" es un fenómeno que afecta a más del 65% de los europeos en el inicio de cada estación, cuando al abrir el armario no tienen nada que ponerse.

Curiosamente, los hombres también lo sufren, los que más los alemanes y los que menos los ingleses. Mientras, la mitad de los españoles y de los franceses coinciden en que al comienzo de cada estación sus prendas de la temporada anterior no les resultan tan atractivas.