Según informó la organización, los enfrentamientos en la República Democrática del Congo representan uno de los conflictos "más sangrientos que el mundo ha conocido desde la Segunda Guerra Mundial".

Los datos de Unicef apuntan que en menos de seis años, 3,8 millones de personas han sido asesinadas, principalmente niños.

El área más afectada por los actuales combates es el territorio de Djugu en el norte de Bunia. Así, los pueblos han sido saqueados y quemados por facciones armadas ligadas a diferentes grupos étnicos.

La directora ejecutiva de Unicef, Carol Bellamy, ha señalado que el aumento de los enfrentamientos es "una seria amenaza para el proceso de paz y un letal paso hacia atrás para los niños y niñas del Congo".

"Necesitamos conseguir la misma sensación de urgencia hacia Congo que conseguimos con el 'tsunami', para lograr parar el asesinato de niños y niñas. Se trata de un país que estaba caminando hacia un proceso de paz, con la promesa de elecciones en el mes de junio", lamenta Bellamy.