A la concentración asistieron entre 300 y 400 personas, procedentes de Aragón, Navarra, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Andaluca y Galicia para pedir "un verdadero Ministerio de Medio Ambiente", según informó a Servimedia Ricardo Aguilar, portavoz de Greenpeace.

Los manifestantes exigen una moratoria de cinco años para las obras hidráulicas más conflictivas, así como una reestructuración del departamento dirigido por Isabel Tocino que permita abordar la defensa ecológica del medio ambiente, "desterrando" a la minitra y el secretario de Estado para Aguas, Benigno Blanco.

Asimismo, piden el respeto a la independencia de lo técnicos en su trabajo, "violentada sistemáticamente durante estos años", y la actualización de las plantillas para adaptarlas a enfoques más modernos de la gestión de aguas.

Aguilar resaltó que "muchos de los últimos valles intactos que quedan en la Península Ibérica, muchos de los ríos que todavía no han sido alterados por ningún tipo de obra, van ahora a desaparecer por los nuevos planes, algo innecesario, porque limpiando el agua de los más de 25.000 kilómetros de ríos contaminados se conseguiríamucha más que con los pantanos que ya existen y los que se pretende construir".

En este sentido, denunció que desde el Ministerio de Medio Ambiente sólo "se favorece los beneficios de las empresas constructores e hidroeléctricas", mientras perjudica a los agricultores, que pierden "sus casas y sus tierras" de regadío por la construcción de los pantanos.

Los representantes de las asociaciones ecologistas, Greenpeace, Ecologistas en Acción, Amigos de la Tierra y Adena; de las organizaciones sindicaes, UGT, CCOO, USO, y de las zonas afectadas por la construcción de embalses y trasvases, pretenden permanecer en Madrid durante 40 días, hasta el 22 de marzo, Día Internacional del Agua.