MAS DE 1.500 NIÑOS PROTEGIDOS DE LAS ESCUELAS HOGAR DE GRNADA, LLEVAN SIETE MESES SIN COBRAR SUS BECAS
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Más de 1.500 niños protegidos que viven en las quince escuelas hogar de la provincia de Granada llevan desde el pasado mes de septiembre sin cobrar las becas que la Administración andaluza les concede, y que consisten en unas 400 pesetas diarias.
Además, el retraso en el pago por parte de las autoridades regionales no sólo afecta a los niños, sino que los profesores y empleados de esos centros tampoco han podido cobrar ss correspondientes sueldos desde el mes de enero.
Para intentar solucionar esas dificultades económicas, la Delegación de Educacion de la Junta de Andalucía en Granada ha establecido un convenio temporal con la Caja de Ahorros, con el fin de que adelante los sueldos del personal laboral y las becas de los niños.
La delegación hizo ya efectivo a los profesores sus salarios de los meses comprendidos entre septiembre y diciembre, pero todavía están sin pagar los correspondientes a los meses que van e enero hasta abril.
Fuentes de la misma delegación gubernamental indicaron que, en la actualidad, están a la espera de recibir los fondos que corresponden a la Consejería de Educación del Gobierno autónomo.
Una profesora de la escuela hogar Cristo Rey de la localidad de Huetor Tajar, una de las afectadas por la situación, dijo a Servimedia que también están implicadas diferentes escuelas hogar de otras provincias andaluzas que todavía no han recibido las subvenciones que les corresponden.
Ls fondos fueron aprobados en los presupuestos de 1991 de esta comunidad autónoma, para resolver las necesidades específicas de los niños internados en esos centros.
Los profesores consultdos estiman que la descoordinación entre la delegación y la consejería está poniendo en situación verdaderamente complicada a numerosas escuelas hogar de toda la provincia y a otras de la comunidad andaluza, aunque el problema es especialmente crítico en Granada, ya que es la provincia que cuenta con más centros de esas características.
Los niños que viven en esos centros se enfrentan a coyunturas familiares difíciles y dependen de la ayuda pública para sobrevivir, puesto que o bien son huérfanos o sus progenitores no pueden ocuparse de ellos.
(SERVIMEDIA)
22 Abr 1991
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