Así lo pone de relieve el informe sobre absentismo laboral de Randstad Research correspondiente al segundo trimestre de 2024, que refleja que el nivel de absentismo se situó en el 6,6% de las horas pactadas, una décima menos que en el primer trimestre de este año (6,5%) pero una más que al cierre de 2023 (6,7%).

En el caso del absentismo por incapacidad temporal (IT) o con baja médica, la tasa en el segundo trimestre fue del 5,2%, dos décimas superior a la cosechada a finales del año pasado, según la Encuesta Trimestral de Costes Laborales del Instituto Nacional de Estadística.

Entre los sectores económicos, al cierre del segundo trimestre, la industria era el sector que concentraba un mayor absentismo, con el 7,1% del total de las horas pactadas, seguido del sector servicios, con una tasa del 6,7%, y en tercer lugar la construcción, con un 5,2%.

El análisis más detallado por sectores expone una diferencia pronunciada, ya que mientras que en algunos los niveles son reducidos otros cuentan con un gran número de horas perdidas. Así, los sectores que presentan un mayor absentismo son actividades de juegos de azar (11,3%), la industria del tabaco (11,3%), actividades postales y correos (11,1%) y servicios a edificios y actividades de jardinería (11%).

Por el contrario, los sectores con menor absentismo son las actividades relacionadas con el empleo (2,5%), las actividades jurídicas y de contabilidad (3,3%), los servicios técnicos de arquitectura e ingeniería (3,5%), las actividades inmobiliarias (3,5%) y la edición (3,5%).

Por comunidades autónomas, en el segundo trimestre de 2024, País Vasco ha sido la que ha registrado un mayor absentismo, con un total del 8,6% de las horas pactadas, seguido de Canarias (8,3%), Galicia (7,8%) y Asturias (7,8%). Los menores niveles de absentismo se dieron en Baleares (5,1%), Comunidad de Madrid (5,7%), Andalucía (6,2%) y Comunidad Valenciana (también 6,2%).

“El absentismo en el mercado laboral español se mantiene en niveles elevados y no conseguimos una reducción sostenida del mismo, algo que consideramos muy grave porque eleva los costes de las empresas y acaba reduciendo su competitividad”, señaló el director de Randstad Research, Valentín Bote.