Horas después de que el secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, pidiera al Ejecutivo un "gesto" que permitiera argumentar la vuelta del embajador marroquí a España, el Consejo de Ministros decidía, por contra, mantener el pulso abriendo un contencioso territorial a ojos de los marroquíes.

Y lo ha hecho con un asunto que, según explicaron fuentes socialistas durante el viaje de Zapatero a Rabat, ha estado continuamente en la `sombra` durante una crisis diplomática que va para dos meses.

En la rueda de prensa posterior a la reunión semanal del gabinete, el portavoz, Pío Cabanillas, ha asegurado que "no hay que ir más allá" de lo que es una decisión del Gobierno de otorgar dos concesiones "en aguas territoriales españolas". Afirmando de paso, que "las últimas cinco o seis acusaciones deMarruecos ha quedado objetivamente demostrado" que no tenían fundamento.

"No hay otro ánimo", insistió Cabanillas, "que el desarrollo de una zona y un sector (hidrocarburos) que va en beneficio de las Islas Canarias".

Además, el Ejecutivo ha pasado de defender la vuelta del embajador Abdesalam Baraka, negando la existencia de conflicto alguno, a recordar al país vecino que es a él al que interesa tener embajador en Madrid antes de uno de enero.

Según el ministro, la presencia de embajador "tene que estar en el espíritu de Marruecos aunque sea por algo tan importante como la Presidencia de la UE (...) Estoy seguro de que Marruecos entiende que es importante que su embajador esté aquí, en la capital de la UE".

Respecto al polémico viaje de Zapatero, el Gobierno no se plantea modificar su decisión de que el interlocutor del líder socialista para este tema sea el ministro de Exteriores, Josep Piqué. Cabanillas ha dicho que el Ejecutivo "considera que en este momento tiene todos los elementosde juicio" necesarios sobre lo ocurrido.

Unos elementos que ha obtenido por las informaciones que le ha transmitido el embajador en Rabat, Fernando Arias-Salgado, presente en casi todos los actos desarrollados por el líder socialista, y por las ruedas de prensa que éste dió en Rabat y a su regreso a España.

Además, Cabanillas afirmó que con la "larga" conversación telefónica que mantuvieron Zapatero y Piqué en la noche del miércoles, el Ejecutivo está suficientemente al tanto porque, como ha recoocido el propio secretario general socialista, sólo quiere compartir impresiones y no porta mensaje alguno del Rey Mohamed VI.

El Gobierno, concluyó, sigue sin tener indicio alguno de la vuelta del embajador y asegura que no tiene en la agenda prevista ninguna reunión con representantes del Frente Polisario.