MARIO CONDE DEMANDA AL NUEVO GOBIERNO UN "PLAN DE CHOQUE" BASADO EN LA CONTENCION SALARIAL Y DEL DEFICIT PUBLICO
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El presidente de Banesto, Mario Conde, recomendó al futuro Ejecutivo de Felipe González un "plan de choque" con efectos a "cortísio plazo", basado en la contención de costes salariales por debajo de la productividad durante un mínimo de dos años y la disminución del déficit público, a lo que deberían seguir reformas estructurales en el mercado de trabajo y del sector servicios.
Conde, que clausuró la XXVI Reunión Bancaria Internacional en Estepona (Málaga) organizada por Banesto, esbozó un plan económico con los elementos que, a su juicio, requiere la economía española para salir de la crisis.
Intentó evitar las valoracione políticas realizadas sobre su discurso como doctor "honoris causa" de la Universidad Complutense de Madrid, al afirmar que sus palabras sólo intentan colaborar en la formulación de un programa económico "cuya responsabilidad corresponde al Gobierno de la Nación".
El banquero, que expresó su optimismo sobre las posibilidades de España para salir adelante, coincidió con los planes económicos de los principales partidos políticos al señalar la creación de empleo como el objetivo prioritario que tiene plnteada la economía nacional, a lo que agregó que "los ciudadanos han votado con la confianza de que la nueva composición parlamentaria les señale un camino para superar los problemas".
Lo que Conde llamó "medidas de choque" tendrían como finalidad frenar la destrucción de empleo, evitar la inestabilidad de la peseta y restablecer los excedentes empresariales. Sus efectos, añadió, no darían un vuelco a la situación, pero frenarían el deterioro.
REDUCIR COSTES SALARIALES
"Es la única forma de frear a corto plazo la destrucción de empleo". Así de categórico fue Conde para justificar la urgencia de contener los costes salariales. Apeló para ello a la teoría económica de libre mercado y al efecto positivo que tendría sobre los excedentes empresariales, lo que motivaría un aumento de la competitividad.
En su opinión, la finalidad de esta medida no sería mantener la competitividad de las empresas, propio de una economía que está en crecimiento, "sino recuperar la competitividad perdida" por no habrlo hecho antes, "y para ello", agregó, "el pacto social debe plantear abiertamente que, al menos durante dos años, empresarios y trabajadores tienen que aceptar subidas de salarios monetarios por debajo de los aumentos del valor de la productividad".
Conde apuntó también que su plan urgente exige un amplio consenso de toda la sociedad, en el que el Gobierno debería hacer un esfuerzo por explicar a todo el mundo "los sacrificios que se esperan de cada agente económico y las ventajas que de su aceptacin se pueden esperar".
PACIENCIA Y SACRIFICIO
"Hay que explicar", dijo, "que sólo es posible el desarrollo de una economía competitiva desde el reconocimiento de que nuestra riqueza productiva es inferior a la de nuestros países competidores. Hay que explicar que debemos administrar la herencia del pasado, por lo que es necesaria la paciencia y el sacrificio, así como la estabilidad del marco económico y social".
Para combatir el déficit, indicó que el gasto debe crecer por debajo del PIB, objetvo que debe ser "irrenunciable", y que el principal esfuerzo debe hacerlo el Estado en la contención de sus gastos corrientes, mientras que la inversión pública debería quedar más libre, para crecer al mismo ritmo que el PIB.
Hay efectos del propio plan que mejorarían paulatinamente las posibilidades de aplicación de estas medidas, como la previsible creación de empleo y la reducción de la deuda, que rebajarían, en el primer caso, el gasto por coberturas de desempleo, y en el segundo, el coste financiro que soporta el Estado, aspectos que, juntos, consumen ahora el 20 por cien del presupuesto.
REFORMAS LABORALES
En el campo de las reformas estructurales, Conde explicó que cualquier programa de Gobierno que no incluya una profunda reforma del mercado de trabajo y del sector servicios "está condenada al fracaso".
Tras advertir que en España se confabulan contra el bienestar la mayor tasa de paro y la más baja de actividad laboral de Europa, y que en aras de fomentar el empleo se está fomentano la eventualidad -lo contrario de lo que se busca-, pidió flexibilidad para que las empresas adapten sus plantillas a la evolución de la demanda, porque así será posible crear empleo en momentos de expansión económica, cosa que no es posible con las actuales rigideces laborales.
Además de la flexibilidad, el banquero citó la necesidad de incentivar a los parados para que acepten los empleos disponibles o de nueva creación, mediante el condicionamiento de la prestación por paro a programas de formació en empresas o fuera de ellas y la búsqueda activa de un nuevo puesto de trabajo. Junto a estas medidas, Conde pidió movilidad geográfica y funcional dentro de la propia empresa y la introducción del contrato a tiempo parcial.
EFICIENCIA PUBLICA
En la contención del gasto, Mario Conde hizo una tímida referencia a la necesidad de cambiar la cultura administrativa del país, con una gestión pública basada en criterios de eficiencia, de manera que se programe el objetivo que se desea para cada servicio,el coste soportable que conlleva, cómo se retribuye y cuáles son las responsabilidades de cada uno, tal y como ocurre en la empresa privada.
Respecto a la confianza de los inversores, el presidente de Banesto dijo que su ausencia fuerza la fijación de primas de riesgo en las operaciones de financiación que encarecen el crédito para los agentes económicos españoles y motiva movilidades de capital que dificultan el crecimiento y la creación de riqueza sostenida.
Conde dedicó la última parte de su dscurso a las reformas que, en su opinión, requiere el sector servicios en España, al que acusó de "estar frenando de forma muy importante la competitividad de nuestra economía". Su reforma consistiría en liberalizarlo, pero sin que los controles que se fijen para garantizar la calidad del servicio dejen sin efecto la desregulación.
(SERVIMEDIA)
12 Jun 1993
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