"No me ha tocado nada en la lotería, feliz Navidad, y hasta el año que viene", fueron las últimas palabras de Marín antes de levantar la sesión en la que se aprobaron, entre otras cosas, los Presupuestos Generales del Estado para 2006.

Marín dejó claro que él no había sido agraciado en el sorteo de la Lotería pese a que alguno de sus compañeros sí lo han sido.

Los miembros de la Comisión Ejecutiva Federal del PSOE y otros muchos trabajadores de la sede de Ferraz se llevarán cien euros por cada décimo jugado, y el ministro de Trabajo, Jesús Caldera, recibió como regalo uno de los décimos del14.431, con la fecha de proclamación de la Segunda República.

En su despedida parlamentaria, Marín fue mucho más escueto de lo que solía ser su antecesor Federico Trillo, que intercambiaba con los diputados sonetos cargados de ironía.