Pablo Mascareñas, responsable del área de tóxicos de la organización ecologista,

declaró a Servimedia que la mancha ha ensuciado una franja costera de muchos kilómetros, y las autoridads deben trabajar juntos para limpiar la arena manchada y aspirar la superficie marítima más contaminada.

Lo sucedido en las costas andaluzas pone de manifiesto, según Greenpeace,la falta de sensibilidad de algunas compañías transportadoras de crudo, que arrojan al mar sus desechos sin ningún rubor, y la ausencia de una vigilancia estricta por parte de los gobiernos para evitar estas actuaciones.

Mascareñas opinó que agresiones medioambientales como ésta de Cádiz y Málaga van a llevar al Meiterráneo a una situación "irreversible", toda vez que es una cuenca cerrada cuyas aguas tardan diez años en renovarse. Recordó que se arrojan a este mar un millón de toneladas de crudo al año, lo que supone el 20 por ciento de los vertidos marítimos a escala mundial.