"Esa posibilidad no me parece ni bien ni mal, pero en cualquier caso, si existe, hay que decirlo públicamente", indicó Alonso, quien en la última reunión de la ejecutiva centrista presentó su dimisión del comité nacional del CDS.

A su juicio, en estos momentos la dirección del partido "no sabe hacia donde tirar", como lo demuestran las declaraciones efectuadas por el secretario general, José Luis Gómez-Calcerrada, quien apuntó una posible agregación del DS a Izquierda Unida (IU) o los partidos nacionalistas, como fórmula para salvar al partido tras la debacle electoral.

Alonso considera que las agregaciones a IU o los nacionalistas van en contra del manifiesto político y de los conceptos fundacionales del partido.

"De lo que ahora se está hablando", añadió, "no tiene nada que ver con los objetivos iniciales del CDS. Lo que más me preocupa es que después del último comité nacional estamos en una estrategia antifundacional".

Reiteró su argumeto de que, a pesar de que el sentir mayoritario de la ejecutiva del CDS era que se fuera hacia un congreso de disolución, que hubiera clausurado el partido en un "acto de elegancia y serenidad política", la decisión final fue la convocatoria de un congreso de disolución o refundación, en el que presumiblemente triunfará la segunda opción.

TRANSFUGAS

"Apostar por la disolución", precisó, "es seguir trabajando, a medio o largo plazo, por un proyecto liberal y progresista y sería la oportunidad de ofreer a nuestros alcaldes, concejales y diputados la posibilidad de que sigan defendiendo los programas centristas en otras formaciones, sin que eso les suponga ser unos tránsfugas o unos traidores".

Sobre este punto, Alonso puso de relieve que en la actualidad el CDS no tiene 47.000 militantes, ni 3.000 concejales, como asegura la dirección. Señaló que, aunque no dispone de los datos exactos, las cifras son bastante menores.

Por otra parte, el ex secretario general de las juventudes centristas sugiió al presidente nacional, Rafael Calvo Ortega, que pilote la nave centrista hacia un "cierre lo más ético posible y no se atrinchere" en sus actuales planteamientos, si no quiere ver salpicado su prestigio personal.

En su opinión, previamente a las elecciones el CDS tenía que haber hablado tanto con el PSOE como con el PP para buscar salidas en función de un programa centrista, progresista y liberal. "Al final no se ha hecho y ahora nos encontramos con una opción política moribunda", indicó.

Finlmente, Alonso reconoció que el espacio político de centro ya está copado por las dos formaciones mayoritarias, aunque defendió la necesidad de una formación progresista y claramente radical, "que pueda luchar por cuatro o cinco puntos de regeneración democrática".