García Duarte fue la persona con la que contactó el primo del alcalde, Carlos Martínez-Almeida, cuando el empresario e hijo del duque de Feria, Luis Medina, le pidió un contacto que le permitiera vender material sanitario al Ayuntamiento de Madrid en los inicios de la pandemia. Medina había obtenido el contacto del primo del alcalde a través de una profesora suya de la universidad, María Díaz de la Cebosa.

El juez Adolfo Carretero había solicitado al consistorio madrileño todos los correos electrónicos que se cruzaron los funcionarios o responsables municipales antes de que se iniciara la relación directa entre la coordinadora de presupuestos del Ayuntamiento, Elena Collado, y los empresarios.

Esta documentación ya está en manos del juez que ha esperado a tener estos datos para citar a García Duarte. En alguno de los correos dirigidos a Collado, Medina asegura que se dirige a ella para ofrecerle material sanitario “siguiendo las instrucciones de Carlos (Martínez-Almeida)”, el primo del alcalde.

El pasado día 12, Carlos Martínez-Almeida declaró como testigo que solicitó a esta alto cargo del consistorio un correo electrónico para facilitárselo, a su vez, al aristócrata Luis Medina y que éste pudiera hacer llegar a la Administración su oferta de guantes, mascarillas y test contra la covid.

Según dijo el primo del alcalde, entregó a Medina un “e-mail genérico", el de la Coordinación General de la Alcaldía de Madrid, cgalcaldía@madrid.es., el mismo que el Ayuntamiento publicitaba en sus redes sociales como el habilitado para donar productos sanitarios al consistorio.

Carlos Martínez-Almeida desvinculó de esta actuación al regidor, mientras que Medida aseguró en su comparecencia que no conocía al familiar del político y que su relación se circunscribía a que tenían una "amiga en común", que era la citada profesora universitaria.

El pasado viernes, también declaró como testigo en esta causa Elena Collado, quien asumió como propia toda la tramitación de los contratos y aseguró que nunca imaginó que Alberto Luceño y Luis Medina se llevaran comisiones de más del 50% del valor del material que se les compró y parte del cual era defectuoso.