Greenpeace explicó en una nota de prensa junto a las asociaciones convocantes que la comunidad científica, ecologistas y defensores del bienestar animal advirtieron sobre las “nefastas consecuencias” que tendría la granja, la primera en el mundo en criar pulpos desde larva. A pesar de ello, la respuesta del Gobierno “ha sido nula”.

“No existen experiencias anteriores, pero la opinión científica es unánime: criar pulpos en una granja de estas características es cruel, atenta contra toda concepción de bienestar animal, profundiza problemáticas ambientales y hasta puede poner en peligro la calidad de vida de las personas”, explicó la coordinadora de AnimaNaturalis, Cristina Ibáñez.

Los grupos conservacionistas explicaron que Nueva Pescanova se mostró “reacia” a compartir detalles sobre sus planes para la instalación. Sin embargo, a través de los informes presentados se sabe que la empresa “pretende entrar en funcionamiento en 2023” y ha declarado “una producción anual estimada de 3.000 toneladas de carne de pulpo”. Esto implicaría el sacrificio de al menos 300.000 pulpos, ya que el ‘octopus vulgaris’ pesa hasta 9 kilogramos.

La representante de Acción Oceanos, Taïme Smit, destacó que “el impacto ambiental de este tipo de explotaciones es altísimo, con contaminación por el uso de compuestos químicos como fertilizantes, alguicidas, antibióticos o desinfectantes. Estas consecuencias no afectan solo a la zona en la que se sitúa la granja, sino a muchas otras, incluso muy lejanas, comunicadas por las corrientes marinas”.

Por ello, con esta campaña se pretende llamar a la acción a la población española y europea para “prohibir a nivel europeo” la cría de pulpos en granjas marinas, una práctica “innecesariamente cruel y poco sostenible”, añadió Smit.