MAÑANA SERAN JUZGADOS CUATRO GUARDIAS CIVILES POR HERIR A UN JOVEN EN UN CONTROL POLICIAL EN IRUN

SAN SEBASTIN
SERVIMEDIA

Mañana serán juzgados en la Audiencia Provincial de San Sebastián cuatro guardias civiles adscritos a los GAR (Grupos Antiterroristas Rurales) por haber disparado contra un coche y herido de gravedad al conductor del mismo en un control instalado en una carretera local de Irún (Guipúzcoa) en enero de 1990.

El Ministerio Fiscal solicita dos meses de arresto mayor para cada uno de los inculpados y una indemnización conjunta de más de dos millones y medio de pesetas por considerar,en sus calificaciones provisionales, que los hechos son constitutivos de un delito de imprudencia temeraria.

La acusación particular también imputa a los acusados el delito de imprudencia temeraria y solicita 8 meses de prisión menor para cada uno y el pago de una indemnización de 20 millones de pesetas.

Por su parte, la defensa pide la libre absolución de los miembros de la Benemérita, ya que considera que "actuaron como debían y porque no se pudo determinar la autoría del disparo, como exige eldelito de imprudencia temeraria".

Los hechos tuvieron lugar en la madrugada del 21 de enero de 1990, cuando cuatro guardias civiles, el sargento primero Marcelino Rivas García y los guardias segundos José Cardoso, Ignacio Giles y José Luis Moreno García, colocaron un control de vigilancia en una carretera vecinal, según manifestó en su día el Gobierno Civil.

En aquel momento, el vehículo conducido por José Enrique Borda Arribillaga, de 24 años y vecino de Irún, al que acompañaba su novia, Guadalue Zumeta, de 25, llegó al lugar donde estaba instalado el control, sin percatarse de él ni de las señales que presuntamente le hicieron los agentes. Según la declaración de Borda, no vio ni oyó a los guardias civiles porque los cristales de su coche estaban ligeramente empañados y el motor hacía ruido.

Según las conclusiones provisionales del fiscal, los cuatro agentes, al estimar que el vehículo pretendía eludirlos, "con absoluta imprevisión de las consecuencias que de ello pudieran derivarse", comenaron a disparar contra el automóvil, de forma que una de las balas penetró el coche, atravesó el reposacabezas de asiento del conductor e hirió a José Enrique Borda en el hemitórax.

El joven, aunque herido de "extrema gravedad", consiguió llegar por sus propios medios hasta el Hospital Comarcal de Irún, desde donde fue trasladado urgentemente a la residencia Nuestra Señora de Aránzazu de San Sebastián. Allí fue operado y sus heridas tardaron en sanar 75 días. De este disparo le quedaron numerosas seculas.

Tras el suceso, la familia desmintió la versión oficial y aseguró que "no existió ningún control, ni nadie intentó escapar y lo más increible de todo es que no intentaron seguirles ni detenerles".

(SERVIMEDIA)
08 Mar 1994
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