Carrasco explicó que los estudios psicológicos realizados sobre la violencia en el hogar demuestran que el perfil del maltratador corresponde al de un hombre "completamente normalizado" desde el punto de vista psicológico y sociológico, que está perfectamente inegrado en su entorno.

Un maltratador, según Carrasco, puede ser "aquel vecino maravilloso que participa en el voluntariado social y que es un ciudadano ejemplar, que en el trabajo es intachable, y que pertenece a un sindicato o a una ONG".

Añadió que en general un maltratador tiene un alto nivel de sociabilidad y mucha aceptación entre los demás y, sin embargo, manififesta actitudes violentas en su casa o con su familia. "Su violencia es selectiva: con la mujer y con los hijos, pero nunca fuera dl entorno familiar", precisó.

Según Carrasco, la sociedad está modulada por unas leyes machistas y todas las mujeres pueden ser objeto de malos tratos "sólo por el hecho de ser mujeres, porque el hombre cree que es suya y por ese concepto de posesión".

SIN SOLUCION

Todos los estudios y las prácticas realizadas en Estados Unidos con maltratadores demuestran, según Carrasco, que la recuperación con terapia psicológica de los hombres violentos no es posible.

Las conclusiones de los informes nrteamericanos demuestran que del cien por cien de los maltratadores a los que se da a elegir entre terapia o cárcel, sólo un 1% opta por el tratamiento psicológico, y entre estos la recuperación es casi nula.

"A un hombre que maltrata no se le recupera, sencillamente porque no reconoce que lo que a él le pasa es un problema y cree que la mujer no le entiende, no le hace caso, y no hace lo que debería hacer. Además, racionaliza muchísimo sus posturas, minimiza los malos tratos y se cubre de razón", conluyó la psicóloga.