MALFORMACIONES. LAS DROGADICTAS TIENEN UN RIESGO 6 VECES MAYOR DE TENER HIJOS CON MALFORMACIONES QUE LAS QUE NO LO SON

MADRID
SERVIMEDIA

Las madres drogadictas tienen un riesgo 6,37 veces mayor que las que no lo son de tener hijos con malformaciones congénitas, según un estudio realizado por la Asociación Española para el Regsitro y Estudio de las Malformaciones Cogénitas (ASEREMAC) para el Real Patonato de Prevención y de Atención a Personas con Minusvalías.

El estudio "Frecuencia de las Malformaciones Congénitas en Poblaciones Marginadas" fue realizado por el equipo de la doctora María Luisa Martínez Frías y analiza la natalidad con defectos congénitos en distintas poblaciones (drogadicta, gitana, árabe, negra, oriental y blanca).

El análisis se realizó sobre un grupo de 1.405.392 recién nacidos entre abril de 1976 y marzo de 1997, de los 25.607 (1,82%) ueron tenían alguna de las 24 malformacione estudiadas. Los datos fueron aportados por un total de 78 hospitales de todo el Estado.

Los investigadores midieron la frecuencia con la que aparecían las malformaciones en cada uno de los grupos de población. Las mujeres drogadictas presentaron 10 de las 24 alteraciones seleccionadas, frente a las 9 de las gitanas y las tres de árabes, orientales y negras.

Respecto al tipo de malformación dominante en cada grupo, observaron que entre los hijos de drogaictas son más frecuentes los defectos en el tubo neural, la atresia coanas, la atresia de esófago y la gastrosquisis, entre otros. En los niños gitanos, predomina la microcefalia, la hidrocefalia y anomalías en los ojos; y en los negros, las malformaciones de tipo cardiovascular, la atresia de esófago y la polidactilia postaxial.

Por su parte, los orientales registran con mayor frecuencia agnesia renal, polidactilia preaxial y reducciones en cualquiera de sus extremidades; mientras que los árabes sueln tener bebés con defectos cardiovasculares, onfalocele y agnesia renal.

CAUSAS SOCIOCULTURALES

El estudio revela que la mayor frecuencia no se debe a causas relacionadas directamente con la etnia, sino a razones socioculturales, sanitarias y económicas que impiden un mayor control sobre las causas de las malformaciones congénitas del bebé.

Las madres drogadictas y las gitanas comienzan a reproducirse a edades muy jóvenes, lo cual hace que el feto sea más proclive a algunas malformaciones. Asísismo, las costumbres alimenticias y sociales de determinadas razas, por ejemplo, el matrimonio consaguíneo, hace que ese riesgo también se acumule, frente al de las madres de raza blanca.

La investigación señala que el impacto de tener un hijo con malformaciones es mayor para las poblaciones marginales estudiadas que para el resto, dado que o no tienen un grupo familiar estructurado, como es el caso de las drogadictas, o no han recibido una educación suficiente.

La escasa formación de estas persoas, además, dificulta el acceso a la información necesaria para atender al bebé con problemas y para que éste se integre con normalidad a la sociedad.

(SERVIMEDIA)
14 Sep 1998
VBR