Los miembros de las fuerzas de seguridad del Estado no disimulan el grado de "perpelejidad y extrañeza" que les produce comprobar cómo la Justicia pone en libertad a delicuentes detenidos tan sólo unas horas antes.

Aunque fuentes de la comisaría reconocieron a esta agencia que las decisiones judiciales se adoptan de acuerdo a la legislación vigente, ha habido, sobre todo, dos casos que han desencadenado ese estado de malestar.

Este pasado fin de semana, la itular del Juzgado de Instrucción número 4 de Avila, María Teresa Martín Nájera, decidió poner en libertad a un jóven de 16 años detenido por la policía con los objetos robados horas antes en un establecimiento y con la piedra que utilizó para romper el escaparate.

Según los datos facilitados por el Gobierno Civil, ese jóven delicuente podría ser también el presunto autor de un robo similar perpetrado unos instantes antes en otro comercio, y contaba con numerosos antecedentes por delitos contra la proiedad.

A finales del pasado año, un jóven de 22 años, con más de 60 antecedentes en su haber, quedó en liberstad horas después de su detención, también por decisión de la titular del Juzgado de Instrucción número 4 al considerar que no existía "alarma social".

Este caso tuvo una gran repercusión porque fue el propio comisario-jefe de la policía de Avila, Eduardi Díaz, quién particpó en la detención al sorprenderle en un céntrico bar de la ciudad y conocedor de que contra él pesaban seis órdenes d búsqueda y captura.