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LA MAGIA DEL G-7 PARA PONER ORDEN EN LOS TIPOS DE CAMBIO SE ESFUMA EN TRES MESES, SEGÚN UN ESTUDIO DEL BCE

MADRID
SERVIMEDIA

Un estudio del Banco Central Europeo (BCE) revela que las cumbres del G-7 para poner orden en los tipos de cambio de las tres grandes divisas mundiales (dólar, euro y yen) se esfuma en tres meses.

Ésa es la conclusión de un Documento de Trabajo del BCE titulado "¿Cuánto éxito tiene el G-7 manejando los tipos de cambio?", que ha hecho un seguimiento del resultado de las cumbres de los siete principales países industrializados (Estados Unidos, Gran Bretaña, Alemania, Francia, Italia, Japón y Canadá, a los que se sumó Rusia, tras la caída del muro de Berlín, para formar el actual G-8).

El estudio del BCE recuerda que el G-7 surgió en 1975 tras el hundimiento del sistema de Bretton Woods (cuya restauración reclaman ahora algunos países para hacer frente a la crisis financiera) y destaca la importancia de analizar la efectividad que han tenido estas cumbres desde entonces.

El éxito "percibido" públicamente del G-7 ha sido impresionante, ya que las tres grandes divisas se han movido, durante un horizonte de doce meses, en la dirección sugerida "en la gran mayoría de casos tras las reuniones del G-7 desde 1975".

Sin embargo, puntualiza el estudio del BCE, esa evolución de las divisas no puede ser interpretada como consecuencia directa de las cumbres, sino también como resultado natural de que su tradicional comunicado final se alinea en el sentido en que van las fuerzas del mercado.

Eliminando ese efecto, "los resultados indican que el G-7 ha sido bastante efectivo a través de sus comunicados para mover las tres grandes divisas en la dirección deseada por periodos de hasta tres meses, pero no más allá".

CLARIDAD

El estudio sí demuestra la utilidad de las reuniones del G-7 para crear consensos entre los países de los que dependen las tres principales monedas (dólar, euro y yen).

Además, admitir y poner de manifiesto los desalineamientos entre los tipos de cambios de las principales divisas, lejos de ser negativo, "se ha demostrado beneficioso para la reputación del G-7 en el pasado, mientras que esa reputación ha sufrido cuando el G-7 se ha abstenido de suministrar una guía sobre los tipos de cambios" de las grandes monedas.

El estudio del BCE concluye que el debate, en el actual contexto internacional, versa sobre "cómo los nuevos actores económicos pueden compartir la responsabilidad" del gobierno económico mundial.

"El reto en los años venideros será cómo las instituciones multilaterales y las economías emergentes pueden compartir la responsabilidad con el G-7 en la gestión de cuestiones relacionadas con los tipos de cambios globales en el futuro", agrega el estudio.

(SERVIMEDIA)
05 Nov 2008
CAA