EL MAESTRO QUE MATO A SU MUJER ANTE SUS ALUMNOS DICE QUE NO SABE NI QUE SU ESPOSA ESTE MUERTA

MADRID
SERVIMEDIA

Mauricio Triguero Triguero, un profesor acusado de asesinar a puñaladas a su ex mujer, María Esteban Muñoz, delante de sus alumnos en 1991, afirmó hoy ante el tribunal de l Audiencia de Madrid que le juzga por estos hechos que ni recuerda lo ocurrido ni le consta que su ex esposa haya muerto.

"No recuerdo nada", dijo. "Todo lo que sé lo he leído en los medios de comunicación y quiera Dios que no me acuerde, porque lo que he leído me horroriza".

El procesado, que se enfrenta a una petición de 29 años de cárcel por parte del fiscal, desechó también la posibilidad de haber cometido ese crimen "porque mi conciencia no me asigna ese asesinato y, por principio, Mauricio amás sería capaz de matar".

Añadió que ignora quién podría haberlo hecho, "si usted dice que la han asesinado", ya que el presunto parricida declaró que "no me consta que mi mujer esté muerta; tendría que verla", y no descartó la posibilidad de ser víctima de un montaje.

Según el fiscal, Mauricio, que impartía clases en el colegio público Ciudad de Valencia, de Madrid, en el que su mujer también trabajaba como profesora, llevaba separado de su mujer cerca de tres años cuando decidió matarla, el 2de febrero, por desavenencias sobre la custodia de su hijo, de 7 años.

El procesado entró en el aula donde impartía su ex mujer en ese momento clase a 28 niños de primero de EGB, aprovechando una hora que tenía libre, y, tras cerrar la puerta, le apuñaló con un cuchillo de monte, dejando el arma clavada en su pecho.

A continuación salió de la clase y se dirigió hacia la comisaría de Entrevías, donde se entregó. Anteriormente había dejado tres cintas grabadas sobre la mesa de su clase, una de ells dirigida a su hijo, en la que confesaba haber matado a su madre y explicándole las razones.

"NO ME ARREPENTIRE NUNCA"

Mauricio Triguero manifestó ante la sala que acostumbraba a grabar cintas desde su separación, "para desahogarme", y cuando el fiscal le leyó el contenido de alguna de ellas, registradas apenas dos días antes del crimen (en las que anunciaba su decisión de matar a su ex mujer y hacía afirmaciones como que su hijo tenía "a su madre en la tumba y a su padre en la cárcel"), insistió e que no lo recordaba, "aunque así debió ser si dicen eso las cintas".

En las grabaciones matizaba que ante la actitud de indiferencia del juez no le quedaba más remedio que utilizar "el único arma que me queda, la fuerza", decía sentirse "horrorizado" ante la proximidad del momento y afirmaba ser consciente "y no me arrepentiré nunca, nunca, nunca".

El procesado reconoció que mantenía frecuentes divergencias con su mujer, porque ésta incumplía el régimen de visitas establecido por el juez, e inclso había acudido al magistrado en numerosas ocasiones para obligarla a cumplirlo.

Asimismo, aseguró que ésta había cambiado al pequeño de colegio para que no viera a su padre, porque ese año le tocaba cursar tercero de EGB donde él impartía clases.

El hombre identificó como suya el arma que se encontró clavada en el pecho de la mujer y comentó que solía llevarla en el macuto por si le atracaban, "pero creo que ese día no lo toqué, yo no he clavado ese cuchillo en el cuerpo de María".

Maurici relató todo lo que hizo ese día hasta que estuvo manejando alguna de las cintas grabadas, durante su hora libre. "Del resto sólo recuerdo que me atosigaban las sirenas de la policía cuando me trasladaban a algún sitio y una luz de frente que me molestaba mucho", dijo.

Los psiquiatras, que comparecieron ante la sala en esta primera sesión, explicaron que la amnesia crónica del procesado responde a un mecanismo de autodefensa, un rechazo de la acción cometida.

Sin embargo, explicaron que aunque prsenta rasgos obsesivos y padece ansiedades y depresión, no es un enfermo mental, ni cayó en un trastorno mental transitorio, ya que la intención de matar estuvo presente en su mente y en ningún momento tuvo la voluntad alterada. "Disponía de capacidad de elección y podía haber elegido no matar", dijo uno de los psiquiatras.

(SERVIMEDIA)
29 Ene 1992
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