Según Romo, la crisis económica es la culpable de ese bajón del 30% registrado en las ventas, una tendencia a la baja que se inció en 1995 y que se ha repetido en la edición de este año.

"El problema es el miedo a la crisis econmica. La gente sigue trabajando, pero tiene miedo al futuro y no se gasta un duro. El mismo problema que tenemos nosotros lo sufren también los bares, cafeterías o establecimientos similares", explicó.

El portavoz de la Asociación de Libreros de Viejo indicó que este año la afluencia de público ha sido masiva gracias al buen tiempo que ha hecho en Madrid en las últimas semanas, aunque reiteró que "la mayoría viene sólo a mirar".

Romo se quejó de la falta de ayuda oficial para potenciar la feriaaseguró que sólo en tasas al Ayuntamiento tienen que desembolsar más de un millón de pesetas.

Otro de los problemas de la feria es el robo de obras valiosas, algunas de ellas con un precio superior a las 100.000 pesetas. Por ello, los libreros se han planteado de cara al próximo año instalar algunos sistemas de seguridad que impidan los robos.

"Estas medidas son muy desagradables, porque a nosotros nos gusta que la gente disfrute viendo los libros. Sin embargo, los robos nos hacen que guardemos os libros en vitrinas, lo que sin duda rompe el encanto de la feria", añadió.