El Grupo Socialista señala que la incineración costará alrededor de 4.000 pesetas por tonelada de residuos quemada, incluyendo los costes de la eliminación de las cenizas y del control de emisiones, 3.800 pesetas más por tonelada que el vertido directo.

Por lo tanto, quemar las 400.000 tonladas de residuos que entrarán cada año en la incineradora, según Ana Tutor, costará a los madrileños 1.500 millones de pesetas más al año que la eliminación en vertedero.

Según Tutor, "si el PP hubiese hecho otra gestión de los residuos orientada hacia su reciclado y recuperación, la incineradora de Valdemingómez no sería necesaria".

Ana Tutor considera que al PP en el Ayuntamiento de Madrid no le interesan los beneficios ecológicos del reciclado de residuos, sino los 20.000 millones de pesetas ue ha costado la Incineradora de Valdemingómez. Esta amortización, según la concejala, "sólo puede ser posible mediante la generación de un volumen mayor de energía eléctrica, la cual sólo puede ser obtenida por la quema de un volumen también creciente de basuras".

Para el Grupo Municipal Socialista, una política medioambiental distinta de las que ha realizado el PP en Madrid podría reciclar y recuperar al menos el 50% del vidrio, del papel, del plástico, del aluminio y de los residuos orgánicos depostados en la basura doméstica. Sin embargo, entre el reciclado y la incineración el PP ha elegido la incineración.

La puesta en funcionamiento de la incineradora de Valdemingómez supondrá la quema cada año de 80.000 toneladas de papel y cartón y de 30.000 toneladas de plásticos, que no serán recuperados ni reciclados al convertirse en materiales indispensables para el funcionamiento de esta planta, dado su alto poder calorífico, según la concejala del PSOE.