Los atracadores fueron sorprendidos por un vigilante jurado cuando salían de una floristería contigua a la entidad bancaria, por lo que dispararon contra el agente sin alcanzarle.

En su huida los delincuentes abandonaron na bolsa que contenía una metralleta Stein, tres cargadores para munición del calibre 9 milímetros parabellum, dos pasamontañas, un par de guantes y un barredor de frecuencias.

Funcionarios especializados de la policía revisaron la finca y descubrieron en el sótano de la floristería un boquete que comunicaba con la cámara acorazada del banco. Según responsables de la entidad, los butroneros podrían haber sustraído unos 3 millones de pesetas y no pudieron acceder a las cajas de seguridad, aunque, al paecer, sólo cuatro de ellas están alquiladas.

En el sótano de la floristería los agentes hallaron un colchón, una lanza térmica, gatos hidráulicos, cables y otras herramientas, así como una cocina y restos de comida.

Respecto a la posibilidad de que los ladrones pudieran pertenecer a algún grupo terrorista, por las armas y el sofisticado material que dejaron abandonado, fuentes de la Jefatura Superior de Policía señalaron a Servimedia que al parecer se trata de delincuentes comunes, si bien expresron su sorpresa por el hecho de que su objetivo fuera una sucursal bancaria de Entrevías, donde presumiblemente había pocos fondos.