Así lo pusieron de manifiesto hoy el director general de Protección Ciudadana, Eduardo San Román, y el director general del Medio Natural de la Comunidad de Madrid (CAM), Federico Sepúlveda, quienes hicieron balance de la presente Campaña contra Incendios Forestales de la Comunidad (INFOMA 2001).

Ambos afirmaron que, pese a las condiciones meteorológica durante la primavera, que propiciaron un crecimiento masivo de pasto, con el consiguiente riesgo de incendios, tan sólo se han registrado tres siniestros de importancia (de extensión superior a 100 hectáreas). Estos tres siniestros han supuesto el 1,1% del total de incendios y han calcinado 724 hectáreas desarboladas (el 40% de la superficie total afectada).

Desde el 1 de enero hasta el 30 de septiembre se han registrado un total de 278 incendios, que han quemado 1.802 hectáreas (frente a las 2.443 e el mismo periodo del año pasado), de las cuales 1.677 son desarboladas (13% menos que en 2000) y 125 arboladas (76% menos que en 2000). Una vez más, los meses de julio y agosto han sido los que más incendios han registrado.

El dispositivo contra los incendios forestales de la Comunidad de Madrid incluye el Cuerpo de Bomberos, los retenes de Medio Natural y el Teléfono de Emergencias 112.

Por su parte, la Consejería de Medio Ambiente realizó diversos esfuerzos en tratamientos selvícolas y preventvos de incendios sobre las masas forestales, que han supuesto una inversión este año 2001 de 2.187 millones de pesetas, incluyendo tratamientos selvícolas en 5.218 hectáreas, limpieza de 310 kilómetros de cortafuegos y mejora de 253 kilómetros de caminos forestales.

La Dirección General de Medio Natural ha mantenido durante esta campaña estival 30 cuadrillas de retén, de las cuales se mantendrán 27 a lo largo del año para realizar labores destinadas a la limpieza y prevención de incendios. El año pasao ya se utilizó este método, pero sólo con 18 cuadrillas dedicadas a labores preventivas.

Este año se ha puesto en funcionamiento un puesto avanzado de protección ciudadana, donde se ha contado con fotografías aéreas digitales (ortofotos) de toda la masa arbórea de la región, que permiten el conocimiento exacto de la zona donde se desarrolla el incendio.