Asimismo, estos portavoces mostraron su protesta por las declaraciones de algunos diputados de la citada comisón investigadora, en las que les acusaron de irresponsabilidad por no comparecer en una anterior ocasión, cuando en realidad no lo hicieron porque nadie les avisó ni se molestó en comprobar si habían sido citados.

La primera en comparecer fue Sol Olabarri, representante de CEIM en la comisión de evaluación sobre las subvenciones pedidas, quien precisó que los informes que les llegaban ya venían con una valoración positiva o negativa de la Dirección General de Empleo y que sus opiniones no tenían carácer vinculante, sino que solamente quedaban reflejadas en las actas.

Explicó que lo único que les entregaban con relación a un proyecto generador de empleo era una ficha técnica que contenía datos esenciales sobre las empresas y que ellos no podían comprobar toda la documentación, porque no era de su competencia.

En esa misma línea argumental insistió Roberto Molero, representante de CEIM en la Comisión de Seguimiento de las ayudas, quien dijo que la facultad de dar una subvención era la propia cosejería.

Miguel Angel Abejón, representante de UGT en la Comisión de Seguimiento, reiteró lo dicho por la CEIM y afirmó que no existía un documento sobre los criterios a seguir para conceder ayudas y que se enteró de la existencia de Ibercoop por los medios de comunicación.

El último en comparecer fue el representante de CCOO en la citada comisión de seguimiento, Javier López, quien intervinó en la misma linea argumental que sus antecesores.