El mensajero circulaba por la Gran Vía con el dinero, propiedad de la empresa para la que trabaja y que acaaba de sacar de una oficina bancaria, cuando recibió el impacto de un huevo.

Al detener la motocicleta para limpiarse, unos desconocidos le abrieron la caja del vehículo y se apoderaron del dinero. Los delincuentes huyeron en un Peugeot, matrícula de Madrid, al parecer sustraído.