Según últimos datos de la Consejería de Medio Ambiente de la Comunidad de Madrid, correspondientes al año 2000 y a los que ha tenido acceso Servimedia, las trece perreras que existen en la región recogieron en sus instalaciones un total de 9.139 animales (7.066 perros y 2.016 gatos), de los que pudieron salir 8.850; el resto continuaban en los centros al finalizar el año.

La perrera que más animales acogió fue la de Cantoblanco-Madrid (2.871 canes y 1.332 felinos), seguida de la e Majadahonda (1.203 perros y 218 gatos).

Sin embargo, el centro de Cantoblanco-Madrid sacrifica a la mayor parte de los animales (el 80,5 por ciento) y sólo consigue dar en adopción al 11,6 por ciento.

Por su parte, Getafe cuenta con los mejores baremos: de los 226 perros que salieron de sus instalaciones, 176 fueron acogidos por una nueva familia (el 77,9 por ciento) y sólo 3 sufrieron la eutanasia de los veterinarios (el 1,3 por ciento). En cuanto a los gatos, Getafe albergó a un total de 28, e los que dieron en adopción un total de 26 (el 92,9 por ciento).

En segundo lugar del "ránking" de protección animal se coloca Parla, que acogió en el año pasado un total de 248 perros, de los que consiguió adoptar a 200 (80,6 por ciento) y no sacrificó a ninguno. En el apartado felino, 48 de los 49 gatos que entraron en las instalaciones fueron dados a una nueva familia.

La gerente del centro de Getafe, Beatriz Menchén, explicó a Servimedia que estos datos demuestran el "duro trabajo" que llevarealizando desde que asumió las riendas de la perrera, en 1998.

Menchén aseguró que la perrera de Getafe "no daba una salida digna a los animales" antes de su llegada y que ella, junto con la de varias ONGs, ha logrado situar al centro getafense a la cabeza de la protección animal de Madrid.

Menchén dirige la empresa Recasur (Residencia Canina del Sur) y también se encarga de la perrera de Parla. A su juicio, resulta "paradójico" que una empresa y no una asociación protectora sea la que presente os mejores números de protección animal.

"Esto demuestra que quienes tienen que llevar las perreras son personas que tengan auténtico amor hacia los animales. Los ayuntamientos deberían apoyar más a estas personas y dejar que los centros los lleven auténticos profesionales y no interesados que buscan negocio", precisó.