Entre la novedades aprobadas figura la eliminación del tope mínimo de ingresos ponderados para acceder a las viviendas. De este modo, se tendrá en cuenta a aquellas personas que no puedan adquirirlas por su salario pero que cuenten, para afrontar los pagos, con ahorros o con una vivienda inadecuada.

El tope máximo para recibir subvenciones o créditos blandos queda en 7,6 veces el salario mínimo interprofesional (SMI), 2 puntos más que los topes establecidos por el Estado (5,5 veces). La corporación lo argumena diciendo que no sólo los precios de los pisos en Madrid son los más caros de España, sino que el 56 por cien de las declaraciones de la renta de los madrileños están por encima del límite de 5,5 veces el SMI.

También es nueva una fase de alegaciones en la que los solicitantes podrán pedir la subsanación de errores y completar documentación si ésta es considerada insuficiente.

Asimismo, una Comisión de Adjudicación, formada por representantes de todos los grupos políticos municipales, un represetante de los solicitantes y técnicos de la EMV, estudiará la documentación, aplicará los baremos y propondrá al Consejo de la EMV los posibles adjudicatarios.