Según explicó a Servimedia el portavoz de la Coordinadora de Barrios, Iñigo Ortiz de Mendíbil, la idea surgió porque vieron que los chavales del barrio más desprotegidos podían arreglar y vender las motos que decomisa la Policía y que no pueden ser devueltas a sus dueños.

Hace dos años, los vecinos del Colectivo Alucinos, integrado en la Coordinadora de Barrios, mantuvieron contactos con el Decanat de Jueces de Madrid a través de la Delegación del Gobierno y les prometieron las motos.

Las subvenciones tardaron en llegar, pero llegaron, especialmente de los colegios de La Salle, y por fin, hace dos meses, empezaron a transformar un bar de la calle Adora, 9, en un taller de reciclado de motocicletas.

La Delegación del Gobierno ha aportado un total de 80 motos y las herramientas necesarias. Los chicos, una veintena, pasarán por diferentes módulos formativos a lo largo de un año y, finalmente,cinco o seis de ellos constituirán una empresa de economía social.

El resto de los jóvenes dependerán de la colaboración de la agrupación de fabricantes y distribuidores de motos, SERMOTO, que ha prometido ayudar a contratarles como aprendices cualificados o en prácticas en los talleres de reparación de motos de la Comunidad de Madrid y que estará representada en la inauguración de mañana.

Ortíz de Mendíbil destacó la importancia de la iniciativa porque se trata de ayudar a encontrar un empleo a chavales con fracaso escolar, que no tienen posibilidad de contratarse, puesto que no encuentran nada en el mercado laboral, y de familias bastante desestructuradas".