Leguina hizo estas declaraciones durante su participación en una mesa redonda sobre urbanismo en la Escuela de Verano "Jaime Vera", que celebra el PSOE en Galapagar (Madrid).

"Con un mercado menos pijoteramente regulado que el actual (a veces hay que pedir permiso al alcalde para todo, eso es una barbaridad), y las administraciones teniendo en propiedad una gran cantidad de suelo de supropiedad, esos ciclos tan exagerados en los precios no se producirían", subrayó.

Para el presidente de la CAM, lo sucedido en el pasado es lo que hay que evitar, por lo que defendió que en el futuro una gran parte de las plusvalías generadas en esos procesos vayan a cuestiones productivas, y no a lo que se llama especulación.

En esta mesa redonda participaron también Julio Rodríguez, presidente del Banco Hipotecario; Miguel Angel Fernández Ordóñez, presidente del Tribunal de la Competencia, y Edardo Mangada, ex consejero de Política Territorial de la CAM.

Mangada empezó su intervención señalando que el problema de la vivienda es endémico, pero no grave, y echó en falta una política de construcción selectiva de viviendas.

Eduardo Mangada criticó también al Ayuntamiento de la capital por su proyecto de construir 70.000 viviendas: "No es posible, ni hacen falta más viviendas por más viviendas; el discurso demagógico del Ayuntamiento de Madrid es falso. No hacen falta más casas agregadas, sno más de este tipo, en esta localización concreta y para estos usuarios".

El ex consejero de Leguina dijo, igualmente, que "es malo que una economía destine más dinero a un bien vivienda, con un ciclo de rotación muy corto, cuando estamos en un proceso de reestructuración y alza en los gastos sociales".

"No es bueno que un país se lance a una ofensiva cuantitativa de vivienda nueva", afirmó Mangada, quien añadió que "lo mejor son los planes selectivos para las grandes ciudades y otros puntos de ncidencia en la estructura productiva, con sus destinatarios y su localización".

Por su parte, Fernández Ordóñez habló del papel del mercado en el suelo y dijo que está regulado por una ley del 56, caracterizada por un intervencionismo profundo. Tras aclarar que las mismas leyes, "muy malas", han sido utilizadas "mucho más positivamente" por ayuntamientos democráticos que por los que no lo eran, dijo que pareció "bien" que Felipe González, en el debate de investidura, entre sus medidas importantes prousiera la liberalización del mercado del suelo.