El origen del enfrentamiento fue la denuncia de intento de violación de la hija del herido contra un vecino gitano, Julio C.G., que habita en el número tres de la calle Cabo Creus, en Entrevías. Como castigo, el padre de la joven pidió a los "gitanos de razón", que dentro de su particular código de conducta son los patriarcas con autoridad, que el acusado abandonase el barrio.

Ante la negativa de Julio C.G., la familia de la víctima acudió a casa del acusado para pedir explicaciones y al parecer hubo un amago de enfrentamiento con varas que se zanjó con varios disparos, que alcanzaron en el abdomen y en el hombro al padre de la chica.

Tras dejar herido a su vecino, el padre del denuncado, Julio C.G. y otro hijo, Diego, de 21 años, huyeron en una furgoneta que más tarde fue interceptada por dos coches patrulla de la policía.

El joven de 21 años dijo ser el autor de los disparos que provocaron el ingreso de su vecino en el Hospital Gregorio Marañón. Los agentes de policía encontraron en el interior de la furgoneta una pistola con cuatro balas. Varias decenas de gitanos rodearon los coches patrulla para impedir, sin conseguirlo, el traslado de los detenidos.