El responsable policial señaló en un desayuno celebrado en esta agencia que el índice de delincuencia alta, o grave, es pequeño en la ciudad, aunque no así los dlitos de poca importancia, que sí son más numerosos en Madrid que en otras grandes ciudades españolas.

"Madrid tiene un gran azote -que para el ciudadano es muy molesto- de la delincuencia media; de la delincuencia, incluso, que tiene raigambre tradicional en Madrid (el butronero, el chorizo...), aparte de las generales de las sociedades desarrolladas de la droga"; aunque ésta, añadió, "está originando muchos menos delitos de sangre últimamente".

La violencia mortal, como la de los dos recientes asos de tironeros, que acabaron con la muerte del ciudadano angoleño Samuel Chiabuto y de Carlos Herrero, "no es normal, no es habitual en Madrid en absoluto", según el general Fernández-Monzón.

La causa del aumento de la delincuencia de baja intensidad es el incremento de la población marginal, como sucede en otras grandes ciudades de Europa y el mundo, señaló el inspector-jefe de la Policía Municipal.

Madrid cuenta con más de 100.000 inmigrantes, aparte de la población marginal autóctona, por l que Fernández-Monzón recomendaría al ciudadano "que sea un poco más generoso, porque al fin y al cabo todos tenemos una obligación de caridad, los que sean creyentes, o de solidaridad los que no lo sean".

"Al marginal ya no sólo no se le teme, sino que lo que no se le quiere es ver", manifestó el general. "Hay que tener un sentido de democracia y de libertad, conectado con uno de solidaridad, que por ser una persona de otra raza, o una persona marginal por el sentido que sea, una persona varada, una ersona sin trabajo o una persona de mal aspecto, simplemente, que no por eso se es un delincuente".