El detenido, tras darse a conocer como agente judicial entre clients de establecimientos comerciales y de ocio de Canillejas, captaba a personas interesadas en la compra de un piso. Para ganar más credibilidad ante sus víctmas, decía que, como funcionario del juzgado de instrucción, no le faltaba influencia para evitar la subasta de cualquier vivienda con una gestión llevada a cabo por él mismo.

Sin embargo, señalaba que, según las mismas fuentes, a fin de tramitar dicha gestión y "ablandar" a las personas de su entorno, los estafados debían entregar una cantidad al omienzo de la negociación, ya que así podrían hacerse con una vivienda a un precio inferior incluso al de la salida de subasta.

De esta forma, Hipólito R.B. estafó 3 millones de pesetas a la primera víctima, casi 500.000 a otra y a la última, que había desconfiado previamente del procedimiento del supuesto agente judicial, 100.000 pesetas.

La última víctima acudió a la comisaría de San Blas para manifestar sus dudas, por lo que varios agentes policiales se desplegaron para observar la cita del deandante con el estafador, en un establecimiento de la madrileña calle Hermanos García Noblejas.

Justo en el momento en el que el perjudicado hacía entrega de un cheque por valor de 400.000 pesetas los agentes arrestaron a Hipólito R.B., que cuenta con un antecedente por estafa y que hoy pasará a disposición judicial.