Los detenidos utilizaban como gancho al gerente de una agencia de viajes en Lima. Los interesados tenían que vender sus escasos bienes e incluso endeudarse con préstamos parapagar el precio de los traficantes, que podrían haber defraudado un total de 50 millones de pesetas, según informó hoy la Jefatura Superior de Policía de Madrid.

Para entrar en Europa utilizaban diversas vías: primero por Alemania y cuando este país exigió visado desviaron los inmigrantes a Bélgica, Portugal y, últimamente, Dinamarca. El viaje a España lo realizaban por carretera o ferrocarril.

Una vez en Madrid, eran alojados en pisos de la organización, uno de ellos situado en el barrio del Pilr, donde fueron sorprendidos los detenidos junto a diversa documentación falsa. Después, los ciudadanos extranjeros eran abandonados a su suerte, sin trabajo y sin dinero.