La organización de la que formaban parte aprovechaba el parecido físico de las fotos de pasaportes robados a ciudadanos de Singapur para introducir a inmigrantes chinos en España. Además, los ciudadanos de ese país no necesitan visado para la entrada en países de la Unión Europea.

Tras varias gestiones, los agentes encargados de la investigación comprobaron que los pasaportes eran comprados por entre 300 Y 1.800 euros a marroquíes que previamente los habían sustraído a turistas. Las íctimas de la red pagaban entre 24.000 y 30.000 euros por el pasaporte, el viaje desde China al país de destino, el alojamiento y un trabajo.

La ruta utilizada para el traslado de los inmigrantes era Malasia-París-Barcelona-Madrid y cuando estos llegaban a España se encontraban con condiciones de vida muy distintas a las prometidas, ya que el trabajo que se les facilitaba solía ser en talleres clandestinos de confección textil. Además, los documentos que les proporcionan eran falsos y la organización e los quitaba para volver a utilizarlos.

Hace unos días, los agentes indentificaron al "pasador" de la red, Tan. H.H., y al encargado de alojar a los inmigrantes en España, Lee S.K., y supieron que los sospechosos llegarían, procedentes de Barcelona, a la estación de Chamartín, donde fueron detenidos junto a dos inmigrantes víctimas de la red.