Los detenidos eran empleados de una gasolinera y se apropiaron de dinero a lo largo de más de un año. Según la Jefatura Superior de Policía de Madrid, los cuatro sustraían dinero de la caja registradora, procedente de los pagos en efectivo que hacía los clientes, y lo cargaban en una cuenta.

Asimismo, usaban una tarjeta de crédito "Bussines Oro", olvidda por un cliente en la estación de servicio donde trabajaban, sin que éste se percatase de que sufría retiradas regulares de dinero de su cuenta a lo largo de más de un año, hasta sumar más de 35.000 euros (casi 6 millones de pesetas).

Dicha tarjeta fue usada en varias gasolineras del norte de Madrid y durante varios meses los detenidos hicieron nueve operaciones diarias, hasta que la entidad bancaria se percató de las anamolías en los movimientos.