El propietario de un restaurante chino se disponía a entrar en su domicilio a las dos de la madrugada de ayer, cuando fue asaltado por tres encapuchados que le estaban espeando en el descansillo.

Dos de ellos iban armados con sendos cuchillos, pero su víctima no se achantó, ofreció resistencia y pidió auxilio a gritos, lo que puso en fuga a los delincuentes. No obstante, antes de huir los presuntos secuestradores clavaron un cuchillo a su víctima en un brazo.

Los asaltantes, cuya descripción física se difundía en un comunicado minutos después por la policía, dejaron abandonada una mochila, un trozo de soga y un rollo de cinta adhesiva, además de las dos armas y unode los guantes que llevaban puestos.

Los restos de sangre que manchaban alguno de esos objetos parecían indicar que alguno de los delincuentes también estaba herido, según las mencionadas fuentes.

ROBO EN UNA CAFETERIA

Sin aparente conexión, en principio, con el caso anterior, a las cuatro y media de la madrugada de la misma fecha se produjo una alarma de robo en un cafetería de la calle Reinosa, de Fuenlabrada.

Alguien había facturado la cristalera, por lo que acudió un coche patrulla de olicía Municipal, cuya dotación revisó los alrededores y halló escondidos a tres orientales.

Trasladados a la comisaría, los agentes comprobaron que no tenían relación con la tentativa de robo pero sus características coincidían con las de los autores del reciente suceso de Móstoles. En un primer momento, los sospechosos dijeron que eran japoneses, pues iban indocumentados. Posteriormente fueron identificados como ciudadanos chinos. Uno de ellos estaba herido de arma blanca en un brazo.

Los tres,que residen ilegalmente en España, negaron su implicación en el delito que se les imputa y no dieron ninguna explicación de su presencia en Fuenlabrada ni de las lesiones que sufre uno de ellos.

La Policía investiga su posible implicación en algún grupo organizado que se dedique a la extorsión a industriales de su mismo origen.